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Nuestros orígenes se remontan a 1932, cuando Rafael Martínez Moro, contratista de obras públicas, compró la fábrica de yeso “La Burebana” situada en el acceso sur a Briviesca. El negocio pasó a nombre de su mujer, Sara Martínez, cuando en 1936 esta quedó viuda.

 

Los terrenos donde se emplaza la empresa en la actualidad, eran una huerta de recreo propiedad de la familia, quienes en 1948 deciden construir allí una vivienda, en cuyos bajos comenzará a fraguarse el germen de nuestro almacén de materiales de construcción.

 

En el patio con acceso por la calle de La Arboleda, se construyeron tres pabellones, el primero para alojar las gallinas que había en la fábrica de yeso, ya que se vendían huevos y pollos a los restaurantes de Briviesca, y cuando se decidió cesar el negocio de las aves, se construyó en dicho pabellón una fabrica de piedra artificial donde se hacían escaleras, fregaderas, cocinos (comederos de cerdos), vierteaguas, cruces y panteones para el cementerio. Otro pabellón estaba destinado a una fábrica de prefabricados de cemento, tubos de hormigón, bovedillas de carbonilla y bovedillas de yeso, y el tercer pabellón se destinaba al almacenaje de botellas de butano, para lo cual se contaba a su vez con otro almacén situado en la salida a Burgos, donde se almacenaban un mayor número de botellas y se cargaban los camiones del reparto.

 

Al fallecimiento de Sara en 1949, sus hijos Rafael y Ángel Martínez Martínez deciden poner “Hijo de Sara Martínez” como nombre comercial, y es en 1964 cuando el nombre jurídico pasa a ser Hijos de Sara Martínez SL